Por si no ha quedado claro de qué hablaremos en este artículo, insistimos: con este post queremos enseñarte a escribir BIEN los textos de tu web. BIEN. Sí, bien, porque hacerlo mal es tremendamente fácil. Y perdona que seamos tan bruscos nada más empezar, pero lo cierto es que con (demasiada) frecuencia nos encontramos con webs tan mal escritas que tan solo alcanzan un terrible objetivo: espantar a sus posibles clientes. Y no te engañes: ni el mejor de los diseños puede ocultar un mal texto.
Por ello, creemos que este post es imprescindible para lograr crear esa gran web que te permitirá mostrar lo que haces, atraer miradas y convertir clientes. ¿Comenzamos?
Por qué es tan importante escribir bien tus textos web (o los errores más frecuentes con los que nos topamos)
La cruda realidad es que los usuarios no tenemos paciencia. Lo queremos todo “ya de ya” y, exigimos captar toda la información que necesitamos en un visto y no visto. Con este panorama, poner trabas con textos confusos o inadecuados, no parece ser la mejor estrategia. Sin embargo, es lo que vemos en muchas webs plagadas de textos farragosos, ilegibles, inconexos y, en muchas ocasiones, excesivamente técnicos, en los que resulta prácticamente imposible saber a ciencia cierta a qué se dedica la empresa en cuestión y, mucho menos, encontrar aquello que buscamos.
Los errores que se cometen a la hora de escribir los textos de una web son mil, pero como no nos gusta perder el tiempo, los vamos a ir desgranando de forma positiva: pasamos a contarte cómo sí hay que escribir los textos de tu web.
Cómo escribir bien los textos de tu web
Piensa en Internet: Este quizá sea el quid de la cuestión. No es lo mismo escribir para radio que para prensa. No es igual escribir un texto para ser leído que para ser contado. El estilo de una carta no tiene nada que ver con el de un mensaje de WhatsApp. O el de un tuit. Cada medio tiene un formato, un protocolo, unas “normas de etiqueta”… y las webs, también.
Una web no es un libro o un catálogo. Si te fijas, las páginas webs no solo están divididas en páginas y pestañas, sino que también el modo de expresar la información es diferente. Se juega con titulares y subtítulos: claims (mensajes breves y sugerentes a modo publicitario) y una frase que acompaña a ese primer impacto aportando datos y centrando el tema. Además, la información en cada pestaña se divide en bloques muy visuales y, por ejemplo, si van a mostrarte los servicios que ofrecen, lo hacen con brevísimos titulares y un párrafo corto que resume esa actividad.
Por todo ello, te recomendamos como primer paso que navegues por Internet, te detengas a pensar en cómo se escribe en la web y te impregnes de ese estilo. Te hará ver el reto que tienes entre manos con otros ojos. No es cuestión de copiar (NO), pero sí de que sepas dónde te mueves y comprendas que no vas a escribir un libro: vas a hacer tu web.
1- Ten un plan: crea la estructura de tu web
Como siempre, planificar es la clave. Crear la estructura de tu web implica pararse a pensar en tu marca y en tu negocio y en lo que quieres transmitir. Implica simplificar para luego aportar todo aquello que, quien se acerque a tu web, necesite. Supone ordenar, estructurar. En definitiva, significa diseñar un plan que será básico para definir qué vas a contar y cómo y coordinarse con el profesional o agencia que desarrolle tu web. Así que, como siempre: piensa antes de actuar.
Verás que, en ocasiones, el contenido definirá la estructura de la web (“Content First”). En otras, será la estructura la que marcará el camino del contenido. Sea cual sea la fórmula, no olvides que siempre estructura y contenido deben ir ligados.
2- No pienses en ti
Es el gran error de partida: crear la web pensando en lo que tú quieres contar. Craso error. Jamás debes ser tú o tu marca quien marque el contenido. Cambia la mirada y hazlo desde el minuto cero. Tu pregunta debe ser muy diferente: ¿Qué quiere mi cliente o potencial cliente de mí? ¿Qué busca? ¿Cómo puedo ayudarle? Ponte en sus ojos y diseña tu web pensando en todo momento que existe para que él o ella la disfrute. Tú ya lo sabes todo sobre tu negocio. Ahora, piensa que son otras personas quienes deseas que lo conozcan. No importa lo que a ti te interesa, sino lo que a ellos/as les preocupa: conoce a tu público.
3- Ve de la mano de quien desarrolla tu sitio web
Tanto si eres tú quien vas a crear los textos como si contratas a un/a profesional para ello y debes supervisarlos, siempre debes ir en coordinación con la agencia encargada de desarrollar tu sitio web. Es obvio, pero a veces algo tan esencial se olvida dando lugar a fracasos clamorosos donde nada casa con nada.
La estructura debe ir acorde con los textos; pero el diseño también. Una web provoca sensaciones y funciona como un todo: la información te llega por su diseño, colores, imágenes, las palabras y la estructura. Todo debe tener un sentido e ir en consonancia. Cada elemento comunica y todos deben remar en la misma dirección. Para ello, hace falta tener muy claro el rumbo… y avanzar en el mismo sentido.
4- Ordena la información de más a menos
Generalmente, la opción que funciona es la de “pirámide invertida”. Es decir, lo más importante en primer lugar y lo menos reseñable o más específico, a continuación. No des por hecho que vayan a hacer scroll y bajar con el ratón en tu página, así que muestra lo más relevante al comienzo.
5- Elige cómo vas a contarlo
Un ejemplo sencillo: cuando haces un vídeo, no cuentas lo que ya se ve en pantalla. Es decir, si vas a hacer una receta, no dices “estoy en una cocina” porque ya la imagen te lo está diciendo. Por algo se llama lenguaje audiovisual: hay información que se ve (entra por los ojos), hay otra que te la cuentan (la oyes).
Pues bien, en las webs pasa lo mismo. Hay información que la puedes mostrar simplemente con iconos, con fotos o, incluso, con un video. Por ejemplo, no es necesario que pongas “herramientas” si en vez de escribirlo utilizas un icono con una llave inglesa. Por ello es esencial que tengas muy claro que tienes a tu disposición muchos recursos para transmitir tu mensaje y que debes elegir cuál quieres emplear en cada instante sin solapar información.
6- Haz un estudio SEO
Investiga qué busca en la web tu cliente potencial. Qué le interesa. Cómo llama a tus servicios. Qué le preocupa. Cuáles son las palabras clave, los términos que atraerán a tu audiencia. Y tenlos en cuenta para incorporarlos en tus textos.
7- Crea tu propio estilo
Tu amiga Mari no habla como tu tío Pedro. Cada cual se expresa de un modo diferente. Pues bien, tu marca, también: tu marca debe tener alma, personalidad, unicidad.
En la búsqueda de ese estilo propio, te aconsejamos que pienses siempre en quien está al otro lado. ¿Cómo habla tu cliente? ¿Cómo le gusta que se dirijan a él o a ella? ¿Se le hará extraño un “usted” o no soportará que se le hable de otro modo que no sea de usted? Busca el grado de confianza que quieres generar, decide si vas a escribir de “tú” o de “usted”, de “vosotros” o de “ustedes”. Si les vas a llamar “chicos”, “chicas” o “chiques”. Busca y encuentra tu estilo, tu tono, tu manera personal de estar en el mundo… y sé absolutamente único/a.
8- Escribe textos breves
Fíjate que llevamos ya medio artículo y todavía no hemos escrito ni una sola palabra en nuestra web… Pero es que, como ya has comprobado, antes de empezar a escribir, hay que pensar mucho.
Ahora sí, llega el instante de comenzar a teclear y el primer consejo es sencillez y brevedad. Si vamos a los tópicos, diremos que “menos es más” y que “lo bueno, si breve, dos veces bueno“. Internet pide mensajes claros, directos, sencillos, comprensibles. Para qué enrollarse, si no van a leerte.
Intenta condensar la información, decir mucho con poco, ir a la esencia, hablar claro. Sujeto, verbo, predicado. No abuses de adjetivos ni adverbios, ni estructuras complicadas. Utiliza la voz activa, en vez de voz pasiva (“puedes comprar nuestros zapatos” en vez de “se hacen zapatos”). Pedimos el destierro eterno para esos párrafos interminables que lo cuentan todo y no dicen nada.
9- Breves… y sugerentes
No basta con ser claro y conciso. No. También debes darle un toque especial, crear textos sugerentes, que capten la atención y sean estimulantes. Que enganchen e inviten a seguir leyendo. Que sean originales, diferentes, divertidos incluso.
10- Haz que se lea bien
Utiliza negritas, numeraciones, viñetas, elementos de diseño… Emplea con inteligencia los espacios en blanco para destacar aquello que te interesa. Haz uso de todo lo que esté en tus manos para posibilitar que quien “escanee” tu página en vez de leerla, capte la información reseñable en apenas unos segundos. Es tu oportunidad para captar su atención y lograr que quiera seguir leyendo.
11- “Hescrive vien”
Qué, ¿te duelen los ojos? ¿Es como si te hubieran dado una patada bien dada? A mí me van a reventar las pupilas pero, por desgracia, las faltas de ortografía campan a sus anchas en la web, incluso en webs oficiales de marcas con prestigio… que quedan totalmente desprestigiadas.
Escribir correctamente es una muestra de respeto hacia los demás. Denota que eres una persona o marca culta, que te expresas bien, que cuidas todos los detalles, que te preocupa causar una buena sensación y que eres capaz de ofrecer un servicio o producto con calidad.
Tus textos son tu tarjeta de presentación. No permitas que estén mal escritos.
Además, ahora ya no hay excusas. Existen multitud de “correctores de ortografía” y aplicaciones muy útiles para detectar las faltas de ortografía. No hay perdón posible para una falta de ortografía.
Y, por cierto, ya que estamos, “ti” se escribe sin acento.
12- Asegúrate de que tus textos están bien escritos
Aquí vamos un paso más allá de la ortografía. Ya no es solo cuestión de “haches”, ” jotas” o “ges”. No. Hablamos de textos bien conjugados, tiempos verbales correctamente empleados, frases que, si tienen un sujeto en singular, no terminan con un verbo en plural. Hablamos de párrafos que tienen sentido, que son fáciles de leer, que contienen buenos conectores. Hablamos de una buena puntuación que ayuda a la comprensión… en vez de torpedearla. Hablamos de textos que mantienen el género y el tratamiento y que no saltan del usted al tú como una rana en un estanque. Hablamos de escribir bien.
13- Sé rico en vocabulario
Sí, el SEO tiene sus imposiciones y te exige repetir ciertas palabras clave. Esta es una cuestión que debes tener en cuenta, pero que no tiene que limitarte. Explora las posibilidades del rico vocabulario del que disponemos.
Busca sinónimos, otras fórmulas para expresarte. No generes párrafos donde se repitan una y otra vez las mismas palabras o expresiones. Huye de verbos o nombres contenedor que sirven para todo: tener, ser, estar, cosas, importante… Ve un paso por delante y encuentra aquellas palabras que definen con mayor concreción aquellos conceptos que tú quieres exponer. Sácale jugo a tu idioma.
Eso sí, mantén cierta coherencia con los nombres de tus servicios o productos. Es decir, si denominas “masaje anticelulítico” a un determinado tratamiento, luego no te refieras a él en otro lugar como “masaje tonificante”, ya que quien lo lea podrá entender que es otro diferente.
14- Adecúa tu lenguaje: cuida con los tecnicismos
¿Sabes esas webs en las que te cuentan todo de un modo tan técnico que no entiendes ni papa? ¿O esas en las que emplean siglas, acrónimos y términos que solo los comprende quien los ha escrito? Pues eso es de lo que debes huir.
No olvides que tu objetivo es que te comprendan, así que analiza qué términos entiende tu lector, explica todo aquello que pueda exceder su comprensión, y ponte a su nivel (sea el que sea). Si te leen ingenieros aeronáuticos, escribe para ellos. Si son comerciales, háblales con su jerga. Si son pacientes, no te dirijas a ellos como si fueran médicos y detente a explicar lo que desees de modo que puedan comprender todo lo necesario. Adapta tu lenguaje a tu público y no pienses que los tecnicismos dan glamour: no es así.
15- Ofrece la posibilidad de ampliar contenidos
El riesgo de emplear textos muy breves recae en que el usuario puede quedarse en la superficie sin contar con la información que precisa para poder tomar una decisión. Por ello, tu web debe tener diferentes capas. La primera es la que le ofrecerá al usuario la fotografía general que le permitirá ver de qué va tu negocio. Pero, poco a poco, tendrás que ir proporcionándole todos aquellos datos que necesita.
Y así, si le presentas de un plumazo todos tus servicios, podrá pinchar en ellos de uno en uno. Y, cuando esté en el que le interese, también tendrá opción de ver ahí los productos que brindas. Y contará con la posibilidad de descargarse un catálogo. O un ebook. O un tutorial. O unas fichas técnicas. Lo que sea y necesite, pero todo ello a su alcance y de forma opcional. Utiliza los links o enlaces y las opciones de descarga.
16- Invita a la acción
Internet es, probablemente, uno de los pocos espacios en los que permitimos que los demás nos digan lo que tenemos que hacer. En la web, el lenguaje es muy claro y directo y tiene como función guiar al usuario para dar el siguiente paso. Por ello hay “llamadas a la acción” o “calls to action“ como descárgate nuestra guía o síguenos en redes que deben ser a la par que claras, sugerentes. Y, si me apuras, personalizadas y únicas. Hacer bien una llamada a la acción no es sencillo, por ello debes entrenarte para ello.
17- Haz double check
O triple, si se tercia. Crea tu propio check list. Comprueba que lo que tú has querido decir, realmente es lo que se entiende al leer tus textos. No siempre coinciden las impresiones y lo que tú ves muy claro… los demás lo ven lo oscuro.
¿Necesitas (realmente) rediseñar tu sitio web?
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Por qué, en la mayoría de ocasiones, debes dejar la creación del contenido de tu web en manos de profesionales
Nada más lejos de nuestra intención desanimarte si lo que tú deseas es escribir tus propios textos web. En absoluto. Precisamente hemos creado este artículo para ayudarte en ese objetivo. Pero, también somos muy conscientes de que esta labor no es sencilla y no todo el mundo tiene el don (o el tiempo) para hacerlo bien.
Escribir bien los textos de una web es mucho más complicado de lo que pueda parecer. Implica conocimiento, tiempo y saber hacer. Además, nuestra experiencia nos ha hecho encontrarnos con múltiples situaciones en las que el cliente ha preferido hacer los textos, bien por tener un mayor control por el proceso, bien por ahorrarse esa partida… y no siempre la aventura ha salido bien. Lo que en un principio se plantea como una fórmula para ahorrar costes, se convierte en una traba para avanzar, alargando el proceso y, en ocasiones, empeorando el resultado.
No siempre ha ocurrido pero, así, sin paños calientes, nos hemos llegado a encontrar con textos infumables imposibles de encajar en un sitio web, que confunden al lector y descuadran el diseño una y otra vez. En resumen, un horror complicadísimo de gestionar ya que muchas veces, el resultado es tan malo y tan obvio, que debemos comenzar todo el proceso de nuevo, pero esta vez, haciéndolo bien desde el comienzo.
Por ello, siempre aconsejamos delegar esta función en un copy profesional, una persona preparada para captar la esencia de una marca y crear textos atractivos y eficaces acordes con la nueva web. En resumen, un/a profesional de la creación de contenidos aporta:
- Distancia y perspectiva: no forma parte de la empresa, no está viciado/a y tiene una visión más próxima al cliente potencial: conoce lo que quiere y necesita.
- Capacidad y arte: sabe captar la esencia y traducirla, domina la síntesis, tiene experiencia en escribir para Internet y lo hace con gracia y eficacia.
- Agilidad: conoce cómo es el procedimiento de crear una web, qué necesita cada departamento, sabe trabajar en equipo y es capaz de facilitar el proceso y agilizar cada paso y etapa.
- Ahorra tiempo y energía: con su labor, descarga de la tarea de creación de textos a los responsables de la empresa, quienes tan solo deben ocuparse de ofrecer un buen briefing y toda la información que necesita, así como supervisar correctamente los textos creados. De este modo, se gana tiempo, dinero… y acierto.
¡Y esto es todo de momento! Esperamos haberte ayudado a descubrir cómo escribir BIEN los textos de tu web o, en su defecto, conocer las claves para supervisar el contenido de tu web. Cualquier duda que pueda pasarte por tu cabeza, ¡ya lo sabes! Aquí estamos para ayudarte.
Y ahora, ¡a por tu web!
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