Existen normas que afectan a toda página web por sencilla que sea. Su incumplimiento tiene consecuencias económicas. Si nos vemos tentados por copiar lo que hacen otros, podemos estar infringiendo la propiedad intelectual de terceros.
Leyes que regulan una página web
La Ley de Comercio Electrónico o LSSI o la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD) son dos leyes que afectan a toda web. No informar al usuario sobre el destino de sus datos en un formulario web puede acarrear multas de hasta 40.000 euros… El no identificar quién es el titular de la web indicando el CIF y los datos del Registro Mercantil puede conllevar una multa de unos 2.000 o 3.000 euros. ¿Y poner cookies sin informar o hacerlo de forma incompleta? Las primeras sanciones rondan los 3000 euros ¿No merece la pena hacer las cosas bien?
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Pero a veces por ahorrarse unos euros, algunos acuden a San Google y a páginas de otras empresas y hacen una copia literal o un burdo “refrito” que se traduce en un texto que probablemente no cumpla las exigencias legales. Ni digamos si cogemos páginas de origen anglosajón cuyas políticas de responsabilidad y privacidad nada tienen que ver con las nuestras. Además, con la copia el riesgo de reclamación por propiedad intelectual aumenta.
A veces las copias implican encontrarse el nombre de la empresa copiada “escondida”. Si no fuera por lo serio del asunto, las anécdotas son más habituales de lo que parecen y no es tan infrecuente encontrar nombres de empresas famosas en páginas web de PYMES… La imagen es bochornosa.
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Cualquier web tiene que cumplir unos mínimos
Con un sencillo formulario de contacto tendrá que cumplir con la LOPD y no sólo incluyendo un texto legal sino que detrás tendrá que haber un plan de cumplimiento, un documento de seguridad y unos ficheros declarados ante la Agencia Española de Protección de Datos. Si tenemos una marca, intentaremos que la marca esté registrada y coincida con el dominio. Con esto nos evitaremos problemas futuros. Estos son sólo algunos aspectos a tener en cuenta. Y si tenemos una tienda online, todavía hay que tener en cuenta más normas, como la legislación sobre consumidores entre otras.
No todos sabemos de todo y el viejo dicho “zapatero a tus zapatos” cobra en asuntos legales todo el sentido del mundo.
Asesórate antes que lamentarte.
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