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Los anuncios de la DGT. Ejemplo de cómo una buena publicidad puede salvar vidas

Unas veces a través del dramatismo, otras recurriendo al humor negro y el sarcasmo, algunas de las campañas publicitarias de la DGT son ya parte de la historia de la publicidad en España.

Raquel González

Estrenamos verano y con él, llegan días de relax, reuniones con amigos y familia y, en fin, un merecido descanso. Y los viajes. Y la salida a las carreteras…

Cambiar de emisora o alcanzar las gafas de sol, sobrepasar los límites de velocidad, separar la vista del volante para mirar el teléfono o coger el coche tras haber bebido, son algunas de las fatales acciones que pueden llevarnos a sufrir un accidente de tráfico y, en consecuencia, perder lo más preciado que tenemos: nuestras vidas o las de quienes más queremos. La DGT lleva décadas recordándonos estos crudos, pero reales mensajes, a través de la publicidad.

Hacemos un repaso a la evolución de la forma de mostrar y hacernos llegar estos desde los albores del inicio del marketing competitivo en la España de comienzos de la década de los 60s hasta el día de hoy.

El exceso de velocidad, punto de partida

Vamos a ponernos en antecedentes: la recién inaugurada Dirección General de Tráfico (1959) se cercioró en esta época del poder de la televisión en nuestro país para divulgar sus mensajes. En concreto, el lema de este primer anuncio, que daría el pistoletazo de salida a muchas otras campañas, rezaba “Usted primero” y en él aparecía la muerte conduciendo una motocicleta y siguiendo a un conductor que circula a velocidad excesiva. Cuando éste sufre un accidente despeñándose por una ladera, aparece junto a otro conductor que realiza una conducción similar.

Impactante, más si cabe por el dramatismo del que le dota el blanco y negro, contundente y conciso.

Del blanco y negro a la luz

La publicidad y los grafismos en la década de los años 60 y 70 fue, lógicamente, producto de su tiempo. Un carácter naif, desenfadado, y donde la simplicidad y los mensajes cuya razón cae por su peso, eran la norma.

Y es que hay que recordar que en aquel momento estábamos saliendo de la dictadura, por lo que la apertura económica llevó a la entrada de empresas internacionales, comenzando tímidamente a adoptarse un marketing de competencia en esas mismas condiciones.

primeros anuncios DGT a color

Los primeros anuncios de la DGT, coloridos, sencillos y claros

Trasladado a nuestros días, puede resultarnos poco elaborado en comparación con los diseños sofisticados y medios de que disponemos hoy. Sin embargo, en cuanto a la eficacia de su mensaje, se trata de consejos que no pasan de moda. Y, para muestra, un botón. Lemas como “¿Es usted capaz”? “Peatón, enséñele a andar” o “Conductor, respete al peatón”, englobados dentro de las campaña de concienciación de la importancia de respetar las normas y ser respetados como viandantes, llenaron gran parte de los mensajes de la década de los 70s. Anuncios coloridos, con dibujos y mensajes, una vez más, simples y contundentes.

Y es que en estos años, españolas y españoles nos íbamos acostumbrando a los atascos y a tener problemas para aparcar, en parte debido a la consolidación de la clase media acomodada, que podía permitirse tener un automóvil, por lo que incidir en las buenas prácticas en las, cada vez más masificadas calzadas, era imprescindible.

Acciones no tan extendidas

Anuncios con mensajes como “Por su seguridad, utilice también el cinturón por ciudad”, o el que rezaba “Conductor, siempre con una copa de menos”, podían parecer raras avis en una época en la que no se estilaba abrocharse al conducir, y que poco menos se veía como una exageración, ni se atisbaba la peligrosidad de mezclar alcohol y conducción. Esta última idea, de hecho, aunque empezaba a asomar, claramente no estaba aún asentada, como puede comprobarse a través la idea de con una copa de menos, intolerable hoy, cuando la tasa de alcohol, bien sabemos debe ser cero…

Pero era un comienzo. Como lo fue también el destacar el papel de la mujer como conductora, cosa excepcional en aquellos días, en 1978, con la campaña Si duda, no adelante. El claro ejemplo de que la sociedad avanza y que nada, ni la seguridad vial, quedan fuera de esta evolución social.

Del tono amable a la cruda realidad

Con el paso de los años (y la llegada de la televisión en color), los anuncios pudieron ganar en realismo, convirtiéndose así en la mejor herramienta para mostrar las consecuencias de los accidentes de tráfico con toda su crudeza.

Pocos lemas han calado tanto en la historia de la publicidad en general y de los mensajes de carácter institucional en particular como el famoso: “Si bebes, no conduzcas”. Nos vamos ahora al año 1985, concretamente al spot en el que Stevie Wonder coreaba en el asiento trasero de un descapotable un pegadizo, “Don´t drive drunk”. Un anuncio amable, sencillo, alegre, incluso, pero con un claro mensaje de fondo.

En la otra cara de la moneda, ha habido ocasión también para mostrar esta misma realidad alcohol-conducción a través de un tono mucho más serio y otorgando sobriedad mediante el recurso del blanco y negro.

Nos situamos en 1990, cuando las cifras hablan de 17 muertos al día en nuestras carreteras, casi 6.000 personas al año. Ante estos fatales números, es hora de tomar medidas urgentes. Pero era necesario sensibilizar a la población española. Por una parte, una nueva ley de tráfico que agravaba multas y condenas vinculadas con los delitos contra la seguridad vial, por otro lado, mediante un radical cambio en el tono de las campañas… Y así es como nace la brillante campaña que lleva por leiv motiv “Las imprudencias se pagan”, y que, a través de múltiples anuncios, se extiende a lo largo de esta década.

Tremendo este anuncio dotado de gran realismo y en el que, a través de la frase “¡Dios, he matado a mi madre!”, se inauguraba este conjunto de spots que formaron parte de la exitosa campaña publicitaria.

Claramente, algo se hizo bien, porque las cifras de siniestralidad bajaron considerablemente, debido a ese cambio profundo en la mentalidad a la hora de conducir. Salíamos así de una época que arrastraba todavía el sobrecargado estilo ochentero, saturado de música y ornamentos, para dar paso a la generación de un fuerte debate social sobre los accidentes de tráfico, sus causas y consecuencias. Un ejemplo claro del poder de la publicidad para transformar la sociedad.

De los años 90 al cambio de milenio

Y así ha ido transcurriendo el tono y estilo comunicativo a lo largo del tiempo hasta llegar al día de hoy. Merece la pena destacar esta brillante idea de 2017, proyectada en dos discotecas de dos grandes ciudades de nuestro país, Madrid y Barcelona. Otra forma de concienciar a los más jóvenes sobre los peligros de mezclar alcohol y drogas con la conducción.

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Humor negro y otras formas de llegar al conductor

En ocasiones, las menos, también hay que decirlo, pero haberlas las ha habido, la DGT ha recurrido a crear anuncios cargados de sarcasmo y humor negro, como esta campaña de 2019, en la que se optó por un anuncio menos realista y con, aparentemente, menor carga dramática, aunque escondía detrás un tremendo trasfondo…

Bajo el título “Top Vacacional”, se explicaban los posibles “destinos” en caso de infringirse las normas de circulación, adoptando para ello el estilo de los reportajes de viajes. Una forma inteligente de llamar la atención de su mensaje.

Y así llegamos a 2022, en concreto a la Semana Santa de este año, cuando se lanzó el impactante “Esta Semana Santa voy a morir”, y en la que, tirando de actualidad, se hace referencia al Big Data.

Como ejemplo de un caso de campaña atípica, nos retrotraemos en el tiempo al anuncio de 2020, realizado tras la pandemia del coronavirus y que llevó por lema: “Este país no puede permitirse más muertes”. Hermoso, se mire por donde se mire.

Aunque, si queremos quedarnos con un buen sabor de boca, tenemos este anuncio, también de 2020, en el que se recurre a la esperanza a través de un optimista mensaje provisto de música alegre para acompañarlo. Otra atípica campaña para la reflexión.

Altamente impactante. Así podríamos definir la campaña de este verano 2022, cuyo slogan reza: “Saberlo es empezar a evitarlo”, y en la que Tráfico ha recurrido a dos personas públicas, la cantante y compositora Amaia Romero, y el actor Eduard Fernández para llamar la atención sobre siniestros mortales que ocurren con mucha más frecuencia de lo que imaginamos.

Seguiremos muy de cerca la evolución de estos necesarios mensajes y anuncios que tanto calado social han logrado a lo largo del tiempo en la historia de la publicidad española. Porque , recordemos, la buena publicidad puede salvar vidas.

Hasta entonces, mucho cuidado al volante y a disfrutar del verano.

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