Si estás leyendo estas líneas, probablemente perteneces al club de quienes pasamos buena parte de la jornada laboral enfrente de un escritorio. Y es que, cuando se trabaja desde casa, es más sencillo poder acomodar el espacio a las necesidades y gustos que cada cual tiene para sentir la máxima comodidad. No en vano, son varios los estudios que señalan que, cuando un ser humano tiene confianza, control, flexibilidad, autonomía y equilibrio en su trabajo, rinde más, lo haga desde donde lo haga, claro está, pero especialmente cuando autogestionas tu tiempo y tareas. Y eso pasa por poder decidir cómo hacer y deshacer según nos convenga en aras de lograr el máximo confort para dar lo mejor de nuestras aptitudes.
Veamos, pues, cuáles son algunas de las claves que pueden ayudarte a desarrollar tu trabajo en casa con motivación y energía.
Prioriza tareas
Si debes revisar y/o mandar mails, hazlo en primer lugar. Te lo quitarás en un momento y así podrás dar espacio a tener la cabeza despejada para poder dedicarte a tareas que requieren toda tu atención. O a la inversa: otorga prioridad a aquellas cuestiones que necesitan más tiempo y realiza tareas cotidianas automatizadas en los momentos en los que tengas más relax. Como suele decirse, “cada maestrillo tiene su librillo” y, en definitiva, se trata de que llegues al punto de concentración máxima con la cabeza despejada y toda tu energía a pleno rendimiento.
Plantéate metas realistas
Si has finalizado los asuntos que deben presentarse en un deadline concreto, es tiempo de jerarquizar el resto de actividades que tienes por delante. No intentes hacer todo a la vez. Por experiencia te garantizo que no acabarás nada por completo, con el estrés y frustración que conlleva esta situación. Así que respira, dedica una parte del día a priorizar tareas y “ataca” poco a poco y de manera ordenada tus objetivos.
¿Saturación? ¿Mente estancada? No te quedes en casa
Sal a la calle. Cafeterías, bibliotecas, lugares públicos y otros espacios provistos con Wi-Fi pueden simular un entorno de trabajo que te permitirá seguir un ritmo productivo y concentrarte cuando más lo necesites. Y, si esto no funciona y en realidad lo que tu cabeza te está pidiendo a gritos es despejar y vaciar la mente de ocupaciones, date un buen paseo reparador y coge fuerzas de nuevo. Especialmente, si estás buscando inspiración para desarrollar una idea, esta sana práctica de distanciarte un rato te ayudará a ver las cosas desde otra perspectiva a tu vuelta…
Redes sociales, en su justa medida
Es innegable el poder de las redes sociales como medio para conectarnos, informarnos y, por supuesto, entretenernos. En esta línea, los últimos estudios señalan que el número de usuarios de las redes sociales ahora equivale a más del 58% de la población total del mundo. Sin embargo, para lo que nos atañe, salvo que seas “Community Manager” o que tu trabajo esté estrechamente vinculado con estas herramientas, procura atender las notificaciones relacionadas con las cuentas de trabajo y dejar para más tarde las distracciones. Mejor aún, en la medida de lo posible, si no es vital que tengas que conectarte todo el día a las redes sociales, desactiva las notificaciones si sabes que te distraerás fácilmente.
Encuentra tu momento perfecto
Hay quienes prefieren las primeras horas del día para desarrollar sus trabajos más inspiradores, mientras que otras personas son más aves nocturnas que encuentran en la calma del final del día sus mayores momentos de lucidez. No nos engañemos, nadie mantiene la productividad constante durante todo el día. Es normal que tu nivel de motivación varíe, por eso, cuando trabajas en casa es vital saber muy bien cuándo ocurren estas oscilaciones y tener un plan para gestionarlas.
Saca el máximo partido de apps y herramientas de gestión online
Hay infinidad de ellas: chats de seguimiento de proyectos, plataformas para compartir y descargar archivos… Si desempeñas un trabajo junto a un equipo de trabajo, mantén el contacto ayudándote de las diferentes aplicaciones y herramientas de gestión que puedes encontrar online recurre a las videoconferencias para informar y mantenerte al tanto de lo que cada miembro está haciendo. De esta manera, lograrás que la comunicación fluya y los proyectos salgan adelante con eficacia, mejorando la productividad de todos. Lo que quiera que necesites, puedes organizarlo valiéndote de estas prácticas utilidades.
Más vale papel y boli en mano, que cientos de ideas volando
Quien dice papel o agenda, dice herramientas para ordenar, anotar y apuntar ideas. Incluso mandarte mails con recordatorios programados puede resultar una manera útil de auto recordarte aquello que no quieres pasar por alto…
El calendario electrónico es, indudablemente, una estupenda herramienta en tu día a día, pero contar con papel y boli puede ser muy útil a la hora de tachar algunas tareas diarias, además de resultar mentalmente “liberador” ver cómo eliminamos de nuestros quehaceres pendientes lo que ya está finalizado. Además, en un momento dado, puede ser cómodo apuntar algo si por ejemplo mantienes una conversación telefónica, estás fuera de casa, o durante una video llamada, sin tener que salir de tu pantalla de trabajo para anotar lo que necesites.
Ambiente tranquilo… O lleno de energía. Depende
Plataformas como Spotify cuentan con múltiples listas de música para hacer más llevadero el trabajo y escoger el acompañamiento que mejor se adapta a la tarea que desempeñas en cada momento: música clásica, temas acústicos, piano, sonidos de naturaleza… Y, dependiendo del momento del día, un género u otro. Tú eliges según tus necesidades.
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Unos últimos consejos
Una temperatura agradable y una buena iluminación o procurar permanecer en los lugares con mayor luz natural de la casa, no solo contribuirán a hacerte sentir más confortable, sino que reducen el cansancio ocular y mental y te llenan de energía positiva para mantener un estado de ánimo óptimo.
Procurar un ambiente cálido y acogedor son vitales pero. Por eso, no olvides otorgar a tu espacio de trabajo detalles como plantas, una mesa cuidada y elementos de papelería útiles. También, encontrar una silla adecuada es otro factor fundamental, procurando que no sea ni muy rígida ni excesivamente reclinada.
Las personas ocupadas están acostumbradas al movimiento, por lo que siempre tienen una motivación para completar cualquier tarea que se les presente. Es matemático: cuanto más tiempo tenemos por delante, más solemos procrastinar al tener la sensación de que ya completaremos esa tarea.
Si no tienes mucho volumen de trabajo, prueba a añadir a tu día ocupaciones, ya sean de tipo burocrático, recados que debas hacer o visitas médicas, por ejemplo. Al establecer un horizonte de tareas a completar, no tendrás otra opción que aprender a ser eficaz y dividir muy bien los tiempos que dedicas a cada cosa.
Por último, no olvides mantenerte en contacto con el exterior. No se trata de enclaustrarse. Concentrarse sí, pero saber que ahí afuera sigue el mundanal ruido es una forma de no desconectar de la realidad. Así que, sacude la pereza, date una ducha mañanera, ponte ropa cómoda y… ¡manos a la obra!
Que tengas un fructífero y agradable día de trabajo
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