Mi examen de Teoría de la Comunicación y la Información de primero de carrera lo estudié escuchando el disco Music for the masses enterito. Una lluvia de conceptos sobre la bidireccionalidad de la información y la teoría de Marshall McLuhan, salpicada de electrizantes canciones, acudían a mi cabeza, relacionándose entre ellas en una ordenada cascada de ideas.
Valga hacer una anotación de esta melómana irremediable sobre la genial portada del disco, con tres megáfonos simbolizando, paradójicamente, cómo una comunicación de poco alcance, en un desierto sin personas, puede propagarse mejor… Un enlace perfecto con la materia estudiada en cuestión para ilustrar la visionaria “aldea global” que planteaba McLuhan el siglo pasado.
Por cierto, mi examen, salió de maravilla. Fui capaz de recordar la materia, a la par que me adentré en un fascinante viaje sonoro…
Un estrecho vínculo
La música y la creatividad están íntimamente unidas. La primera, como modo de expresión artística, nos permite canalizar las emociones, ideas y pensamientos, de manera única y con un lenguaje propio, como sucede con otras formas de arte. Un medio para explorar nuevos conceptos, experimentar con sonidos y estructuras y dejar volar la imaginación.
Estudiar, escribir o incluso encargarse de tareas cotidianas en el trabajo pueden ser más estimulantes acompañadas de una buena selección musical de fondo. De hecho, está comprobado que son múltiples los beneficios que la música aporta al cerebro, logrando estados de relajación y concentración de gran ayuda. No en vano, la llamada Música 8D o Música Bilateral se utiliza para meditar, dormir mejor o reducir la ansiedad, e incluso para tratar enfermedades como el cáncer o la depresión.
Ya sea que tengas entre manos la redacción de un copy, un artículo, un diseño o bien cualquier otra forma de comunicación para tu marca o compañía, lograr un ambiente propicio para favorecer la inspiración es un elemento clave. En este sentido, la música, gracias a su poder evocador, puede ayudarte a influir en el resultado final de tu producción. Más si cabe en el caso de los artistas visuales, escritores/as y cineastas, que pueden encontrar en esta expresión artística la inspiración para apoyar su trabajo creativo.
Y es que hay trabajos en los que, directamente, la música es un elemento fundamental dentro de la propia historia, un instrumento que nos transporta a diferentes épocas y lugares gracias a su poder evocador de emociones y estados de ánimo. Cómo si no, podría concebirse una buena película sin una buena música como telón de fondo… o, ¿ acaso las hermosas historias relatadas en Carros de fuego o El Señor de los Anillos serían lo mismo sin las tremendas obras maestras que constituyen sus bandas sonoras?
¿Qué beneficios tiene la música en el proceso creativo?
La ciencia destaca en múltiples estudios e investigaciones el impacto positivo de la música en la creatividad. En este sentido, el estudio “The Mozart Effect”, abordado a principios de los años 90 por Rauscher, Shaw y Ky, demostró que escuchar música de Mozart (específicamente la sonata K.448), mejoró temporalmente el rendimiento espacial en pruebas de habilidades cognitivas. Una investigación que, si bien se centró en las habilidades espaciales, sentó la base para posteriores estudios sobre la relación entre la música y otras formas de pensamiento creativo.
Otros estudios más recientes, como el abordado en 2003 por investigadores de la Universidad de Helsinki, “Musical Creativity and the Brain”, encontraron que los músicos profesionales tenían una mayor actividad en la corteza prefrontal, región cerebral relacionada con la creatividad.
Pero, ¿cuáles son, en concreto, los beneficios que la música puede aportar al proceso creativo?
- Afecta al estado anímico, aportando relajación y armonía al cuerpo y la mente, logrando así disminuir la ansiedad y generar optimismo. Está demostrado que escuchar música que nos gusta puede inducir emociones positivas y aumentar la dopamina, asociados con un mayor nivel de creatividad y flexibilidad cognitiva.
- Estimula la actividad cerebral: La música activa áreas del cerebro relacionadas directamente con la creatividad, como la corteza prefrontal, el sistema límbico y la red de modo predeterminado. Estas regiones están asociadas con el pensamiento divergente, la imaginación y la generación de ideas originales.
- Facilita la relajación y reduce el estrés: Una música apacible puede ayudar a bajar los niveles de estrés y la ansiedad, liberando bloqueos mentales y permitiendo un flujo más libre de ideas creativas.
- Estimula la imaginación: La música, especialmente cuando se combina con letras o imágenes evocativas, puede estimular la imaginación y transportarnos a diferentes escenarios mentales. Esto puede alimentar la creatividad al permitirnos explorar nuevos conceptos y perspectivas para lograr dar con nuevos planteamientos.
- Inspira asociaciones y conexiones entre ideas, imágenes y emociones. Al escuchar música, puedes encontrar inspiración y nuevas formas de pensar que pueden enriquecer tu proceso creativo
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Ya sea que necesites un empujón para que tus historias de marca conecten más profundamente con tu audiencia, o bien si se trata de escribir copys que enganchen, la música, en cualquiera de sus formas, bien tocando un instrumento, acudiendo a un concierto o simplemente enchufando los altavoces, al igual que otras técnicas como dar un buen paseo o descansar cuando las ideas no fluyan, puede ser una gran aliada en tu quehacer diario.
Así que, la próxima vez que sientas que no encuentras nuevas ideas, te estanques o simplemente quieras disfrutar de tu trabajo creando un entorno más agradable y estimulante, prueba a incorporar la música en tu proceso creativo y descubre cómo puede llevar tu trabajo a nuevas cotas de originalidad y expresión.
Así lo practicamos en TTANDEM. Valenttin transita desde Depeche Mode a Jhonny Cash, de Martin Codax a Johann Johannsson, pasando por Chris Stapleton o bandas nacionales como Morgan.
¡Música, maestro!
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